Día Internacional de la Juventud 2023
Agosto 11, 2023
Las y los jóvenes no son el futuro, son el presente de nuestra sociedad, pues representan una oportunidad para el desarrollo con equidad e inclusión. Nos consta que las personas jóvenes -aunque carezcan de estudios universitarios y provengan de contextos de adversidad - son factor clave de innovación, y son capaces de impulsar cambios positivos y transformadores para sus familias, comunidades y el país, cuando se les incluye, se les respeta y se les impulsa y acompaña sin paternalismo y sin etiquetas discriminatorias.
Desde la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno renovamos nuestro compromiso con los derechos de las personas jóvenes y en particular con las y los jóvenes oportunidad. En este Día Internacional de la Juventud, en que también celebramos 4 años de la Alianza, convocamos a los gobiernos, las empresas y el conjunto de la sociedad civil a impulsar acciones efectivas que abran espacios laborales, educativos, culturales y políticos que favorezcan el desarrollo de todo el potencial de las personas jóvenes oportunidad.
Reiteramos nuestras propuestas para crear un “ecosistema” con participación de gobiernos, empresas, instituciones educativas y organizaciones civiles, que promueva la permanencia educativa, el aprendizaje continuo, el desarrollo de habilidades socioemocionales, la capacitación técnica y la inserción laboral para que millones de jóvenes que están sin trabajo y fuera de la escuela, o que tienen trabajos precarios, accedan a trabajos dignos, conforme al derecho humano al trabajo.
Hoy en día, a pesar de que Coneval muestra una reducción en el número de personas viviendo en pobreza, siguen siendo necesarias y urgentes la creación de acciones efectivas y políticas para que las personas jóvenes tengan un trabajo con remuneración suficiente y derechos laborales, en donde puedan desarrollar su potencial. Hay que seguir impulsando la creación de trabajos de calidad para las personas jóvenes hoy excluidas o trabajando en condiciones precarias.
Nuestras propuestas específicas para lograrlo son:
Hacia la política pública
Fortalecer y revalorizar la educación técnica y tecnológica en el nivel medio superior (bachillerato), como opción relevante y efectiva para la inserción laboral que tenga vínculos reales con la dinámica de vacantes y requerimientos del crecimiento económico en cada región.
Crear un modelo flexible y adecuado de educación media superior de 2ª oportunidad, para jóvenes mayores de 18 años en rezago educativo, que incluya formación en habilidades socioemocionales y capacitaciones técnicas para la inserción laboral y el emprendimiento productivo.
Crear la infraestructura de servicios de cuidado, especialmente estancias infantiles, que permitan la incorporación laboral de mujeres madres, reconociendo que hay más de 3 millones de mujeres jóvenes excluidas de trabajos remunerados porque realizan labores de cuidado.
Aprobar una reforma legislativa que regule la figura de “aprendices” y promueva el acceso al “primer empleo” en condiciones de trabajo formal, conforme a la ley, a jóvenes sin estudios universitarios y en rezago educativo.
Reformular el programa Jóvenes Construyendo el Futuro para crear una nueva política integral de inclusión económica y empleabilidad efectiva para jóvenes oportunidad, que: a) priorice a jóvenes con barreras de empleabilidad; b) garantice la formación en habilidades blandas y capacitación técnica acorde a las vacantes disponibles; c) vincule con el sistema nacional de empleo y otras “bolsas de trabajo”; y d) evite toda forma de clientelismo, simulación y uso electoral de las y los jóvenes.
Crear fondos de inversión que apoyen a jóvenes oportunidad que deciden emprender negocios con préstamos flexibles y programas de formación.
Al sector privado y entidades empleadoras, les invitamos a asumir el compromiso con las acciones del movimiento “Empresas con la Juventud 1, 2, 3”:
No discriminar. Contratar con base en perfiles de puestos y eliminar requisitos y prácticas que excluyen con base en prejuicios y etiquetas.
Abrir espacios. Ofrecer oportunidades laborales con perfiles adecuados para jóvenes en rezago educativo que puedan cubrir vacantes disponibles y ofrecerles condiciones de trabajo con remuneración suficiente y derechos laborales conforme a la ley.
Invertir en la capacidad productiva de jóvenes. Aliarse a las organizaciones especialistas en juventud en los procesos de reclutamiento, a fin de desarrollar las competencias y habilidades blandas requeridas para cubrir las vacantes disponibles.
A docentes y autoridades de instituciones educativas les pedimos renovar su vocación de enseñanza y formación de las y los jóvenes, superando prejuicios o estigmas. El primer espacio para cambiar la narrativa y romper la discriminación hacia jóvenes oportunidad es la escuela.
A líderes de opinión, medios de comunicación y todo tipo de influencers les invitamos a superar las etiquetas discriminatorias y a recuperar la realidad de millones de personas jóvenes oportunidad que no son héroes ni villanos. Las personas jóvenes son importantes y su realidad es relevante, aunque no sean talentos prodigiosos, o aunque no estén en la “nota roja”.
Con estas acciones, indispensables, urgentes y viables, buscamos fomentar una juventud sana y productiva, que se convierta en un pilar fundamental de nuestra sociedad.
Desde la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, más de 75 organizaciones civiles, fundaciones y académicas, trabajamos en todo el país para brindar a las juventudes mejores oportunidades, a los empleadores una mano de obra capacitada y comprometida, y a la sociedad un relevo fuerte y vibrante.
¿Quiénes son jóvenes oportunidad?
Son jóvenes, de 15 a 29 años de edad, que tienen un gran potencial, talento y capacidades, pero enfrentan barreras estructurales para su empleabilidad por provenir de contextos adversos y carencias, ajenas a su voluntad y decisiones.
Algunas carencias y desventajas ajenas a la voluntad de las y los jóvenes, son: nacer y crecer en hogares en pobreza; desnutrición y escaso desarrollo infantil temprano (primeros años de vida); abandono escolar y rezago educativo, es decir, no concluir al menos la educación media superior; el acceso a escuelas de bajo desempeño educativo, con baja calidad de aprendizajes; nula formación en habilidades blandas, en orientación vocacional y en apoyos para definición del “proyecto de vida”; desempleo por falta de ofertas de trabajo adecuadas y discriminación en la contratación; imposición por razones de género, de labores domésticas de cuidado, a las mujeres.
A estas condiciones, ajenas a la voluntad de las y los jóvenes, se suman otras situaciones que aumentan las barreras. En estas situaciones se conjugan las presiones de la necesidad económica y de la cultura dominante con decisiones y errores propios de la etapa de vida (que todos hemos cometido), y que para este grupo que ya acumula desventajas, las profundiza.
Por ejemplo, la incorporación a trabajos precarios e informales, es decir sin protección social ni derechos laborales, por la urgencia económica; los embarazos precoces, que generalmente se combinan con el abandono del padre (progenitor); el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias; la cercanía con ambientes de violencia cotidiana, en las casas, las escuelas y las calles, y el contacto con actividades delictivas de todo tipo.
La experiencia, así como los estudios y evaluaciones de los programas de empleabilidad con jóvenes oportunidad, muestran que todas estas desventajas y condiciones adversas se pueden superar con procesos de formación, tutoría, capacitación y vinculación con ofertas de trabajo, aplicados sin paternalismo y sin prejuicios. Estos procesos posibilitan el florecimiento de todo el potencial, talento y capacidades de las y los jóvenes y su inserción laboral.
Jóvenes oportunidad: Datos básicos
El conjunto de situaciones que producen barreras de empleabilidad y desventajas para las y los jóvenes oportunidad es múltiple y diverso, Las barreras estructurales no se reducen a cifras estadísticas. Sin embargo, para dimensionar el reto del país y la urgencia de políticas públicas y acciones desde las empresas y la sociedad en su conjunto, contamos con tres indicadores que nos acercan a la realidad y nos permiten enfocar nuestros esfuerzos.
Los tres indicadores clave para contabilizar la dimensión del reto de inclusión y desarrollo de jóvenes oportunidad, son:
a) Exclusión: jóvenes fuera de la escuela, en rezago educativo y sin trabajo.
b) Precariedad: jóvenes en trabajos sin ingreso suficiente y/o sin seguridad social.
c) Pobreza: jóvenes estudiantes (aún en la escuela) en hogares en pobreza o sin ingreso suficiente para lo básico (pobreza por ingresos).
Con estos indicadores, contabilizamos 17 millones 242 mil jóvenes oportunidad en todo el país. Los datos más recientes para cada indicador, a nivel nacional, son:
a) Exclusión
Entre las y los jóvenes oportunidad, hay 5 millones 204 mil en condición de exclusión, fuera de la escuela, en rezago educativo y sin trabajo
En condición de exclusión hay varias situaciones que requieren atención diferenciada:
Desocupadas: 527 mil. No tienen trabajo y lo están buscando activamente en la última semana.
Disponibles (desempleo oculto): 722 mil. No tienen trabajo, están dispuestos a trabajar, no tienen impedimento, pero no buscaron trabajo.
No disponibles por realizar labores domésticas de cuidado (exclusión de género): 3 millones 402 mil. No pueden salir a buscar trabajo por estar trabajando en casa sin remuneración, en cuidado de niñas, niños, personas enfermas, con discapacidad o adultas mayores. El 91% son mujeres.
No disponibles por otras razones: 553 mil jóvenes.
b) Precariedad
Asimismo, entre las personas jóvenes oportunidad hay 8 millones 384 mil en trabajos que no cumplen con los mínimos del derecho humano al trabajo. De ellas:
5 millones 115 mil jóvenes carecen de ingreso suficiente y de seguro social.
2 millones 47 mil sólo carecen de ingreso suficiente, y tienen trabajo formal, es decir seguro social.
1 millón 222 mil sólo carecen de seguro social
c) Pobreza
Con los nuevos datos de Coneval para 2022, identificamos además a 3 millones 134 mil jóvenes estudiantes, es decir aún asisten la escuela, que viven en hogares en condición de pobreza por ingresos.
Esta condición les genera presión económica, por lo que podrían abandonar y truncar su educación. Por eso también requieren atención y políticas específicas.
2 millones 453 mil están en condición de pobreza. Es decir, carecen de ingreso suficiente para la canasta básica y además tienen una carencia social -que no es rezago educativo).
681 mil son vulnerables por ingreso. Es decir, carecen de ingreso suficiente para la canasta básica.
En total, hay 11 millones 113 mil jóvenes (15-29 años) en condición de pobreza y 12 millones 899 mil en “pobreza por ingresos” según los datos más recientes (Coneval: 2023), estas cifras son el total, pues se incluye a toda la cohorte de edad 15-29.
Acciones por la inclusión económica de jóvenes oportunidad
La Alianza Jóvenes con Trabajo Digno lleva 4 años impulsando de manera colaborativa acciones de incidencia hacia las autoridades y hacia el sector privado, para transformar las condiciones estructurales que excluyen o precarizan a jóvenes oportunidad. Entre las principales acciones recientes podemos mencionar:
Presentación de propuestas para la mejora del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro y para la creación de una política de empleabilidad para jóvenes sin estudios universitarios y otras condiciones adversas, que incluyan al sector educativo, las instancias públicas y privadas de capacitación para el trabajo, y las organizaciones civiles especialistas en juventud.
Impulso al movimiento Empresas con la juventud 1, 2, 3 con eventos de reconocimiento a 40 empresas que ya asumieron los compromisos de 1. No discriminar. 2. Abrir espacios. 3. Invertir en la formación de jóvenes. Se reconocieron 20 empresas en la CD MX y 20 en Guanajuato. Y se espera seguir en otros lugares y con más adhesiones.
Mesas de trabajo realizadas en el Senado de la República para presentar las propuestas y para promover la legislación sobre aprendices y primer empleo para jóvenes oportunidad.
Presentación pública de la Red Global de Jóvenes Oportunidad en la Ciudad de México (GOYN - CD MX) y generación del colaborativo y las iniciativas para promover emprendimientos dignos y otras acciones de impulso al trabajo digno para jóvenes en la capital.
Creación de otros nodos locales de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno en Guanajuato, Nuevo León y Yucatán para promover acciones de incidencia local hacia las autoridades y la iniciativa privada.
Acciones de comunicación para el cambio de narrativa para confrontar las etiquetas y prejuicios que discriminan y descalifican a las juventudes, así como para visibilizar sus capacidades y talento ya presentes, así como para potenciarlos para eliminar barreras estructurales.
Diseño e implementación del modelo de Formación Integral para el Trabajo (FIT), en acuerdo con varias empresas en diversas partes del país, a fin de capacitar a jóvenes oportunidad en habilidades socioemocionales y capacidades técnicas requeridas para ocupar vacantes disponibles.
Nuestro compromiso es impulsar cambios estructurales. Por una parte, para que en el próximo gobierno federal y en los gobiernos locales, se establezca una política pública de empleabilidad, integral y efectiva, con participación de organizaciones civiles, empresas y sector educativo (incluyendo los sistemas de capacitación para el trabajo), que enfrente el reto de la exclusión y la precariedad laborales de jóvenes oportunidad. Y, por otra parte, impulsar el cambio cultural en las empresas y entidades empleadoras para superar las prácticas discriminatorias que permitan abrir oportunidades laborales para jóvenes oportunidad.
Una vez más reiteramos: México será mejor si cada vez hay más jóvenes con trabajo digno.
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